viernes, 31 de octubre de 2008

El Boom Latinoamericano

Rompimiento de las normas Literarias, de este modo se lo puede llamar, ya que no es un movimiento, sino que es la casualidad de jóvenes con mucho talento que demostraron a Europa que Latinoamérica era Original.
Todo comenzó con Mario Vargas Llosa por su novela La ciudad y los perros en 1962, (esta apareció despues, por la censura de España). Luego vendría Rayuela de Julio Cortázar en el 63 con una exigencia intelectual que redunda en lo ilegible. En el año 1967 Apareció Miguel Ángel Asturias es guatemalco, publico La Casa Verde el cual ganaría un Premio Nóbel ese mismo año (en estos tiempos ya casi no se lee sus novelas). Guillermo Cabrera Infante de Cuba Publico Tres tristes tigres la cual tuvo que enfrentar la censura de Cortes. Gabriel García Márquez hizo pública una novela que había preparado toda su vida, "Cien años de soledad". Esta novela fue contemplada por los grandes escritores de la época. Se podría decir que fue otro pequeño boom dentro del boom latinoamericano. Sus anteriores novelas nunca tuvieron mucho éxito, pero las compañías editoriales comenzaron a reeditar todas sus novelas y tuvieron mucho éxito. Por esto en 1982 se le otorga el Premio Nobel de la Literatura.
En 1970 trampolín a la fama Juan Carlos Onetti; El siglo de las luces, 1962, Jorge Luis Borges y Juan Rulfo. Ese año el chileno José Donoso presentó otro ejemplo de la enorme creatividad de estos lados con su ambiciosa novela El obsceno pájaro de la noche.
En 1973, Vargas Llosa publica la estupenda Pantaleón y las Visitadoras, en 1974 el Augusto Roa Bastos de Paraguay, publica una novela capital sobre dictaduras latinoamericanas, Yo, el Supremo. En 1975 García Márquez también habla sobre dictaduras en El otoño del patriarca y Carlos Fuentes con la novela publicada ese mismo año, Terra nostra, gana el Rómulo Gallegos en 1977.



Libros y Autores del Boom Latinoamericano mas Relevantes:






Gabriel García Márquez (Colombia, 1927):

-El coronel no tiene quien le escriba (1958)

-Cien años de soledad (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1967. Premio Rómulo Gallegos 1972)

Vargas Llosa lo llamó en un célebre artículo el "Amadís de América".











Mario Vargas Llosa (Perú, 1936):

-La ciudad y los perros (España, Seix Barral, 1963. Premio de la crítica española 1963 y Biblioteca Breve 1962)

-La Casa Verde (España, Seix Barral, 1965. Premio de la crítica española 1966, Premio Rómulo Gallegos 1967, Premio Nacional de Novela del Perú 1966)

-Conversación en La Catedral (España, Seix Barral, 1969)

García Márquez lo ha llamado alguna vez "el último caballero andante de la literatura".





Carlos Fuentes (Panamá, 1929):

-Aura (México, Era, 1962 -novela corta)

-La muerte de Artemio Cruz (México, Fondo de Cultura Económica, 1962)

-Cambio de piel (Seix Barral, 1967, Premio Biblioteca Breve de ese mismo año)-Terra nostra (1975, Premio Rómulo Gallegos 1977).

Nació en Panamá pero es un escritor mexicano.






Julio Cortázar (Argentina, 1914)

-Los premios (1961)

-Rayuela (Editorial Sudamericana, 1963)

-62: modelo para armar (1968)

-Libro de Manuel (1973)








Guillermo Cabrera Infante (Cuba, 1929)


-Tres tristes tigres (1967, Premio Biblioteca Breve 1964, fue prohibida y en su 1era edición censurada por la dictadura franquista)


-La Habana para un Infante Difunto (1967)





-José Donoso (Chile, 1924 - ídem, 1996)


-El obsceno pájaro de la noche (1970)





Ernesto Sábato (Argentina, 1901)


-Sobre héroes y tumbas (Seix Barral, 1962)



-Abaddón, el exterminador (Seix Barral, 1974)







Juan Carlos Onetti (Uruguay, 1909 - ídem, 1994):



-Juntacadáveres (1964)














Augusto Roa Bastos (Paraguay, 1917)



-Yo, el Supremo (1975)










Alfredo Bryce Echenique (Perú, 1940)




-Un mundo para Julius (1970) *

lunes, 27 de octubre de 2008

Monografia

El Contexto en el que se encontraba Latinoamérica en los años 60

A mediados de los años sesenta Latinoamérica se hallaba en un estado de turbulencia social, política y económica. Tomando inspiración de la revolución cubana, los intelectuales querían liberarse de lo que se percibía como décadas de dominación extranjera a través del dominio absoluto de las oligarquías tradicionales; deseaban crear sus propias teorías sociales, filosofías y teológicas que pertenecieran a las circunstancias latinoamericanas. La segunda guerra mundial debilitó el impacto de la influencia europea, y los Estados Unidos pronto perdió su prestigio debido a sus propios problemas: la guerra en Vietnam y las protestas universitarias contra ella, y los desórdenes callejeros raciales, entre otros.Económicamente, el estilo del capitalismo estadounidense era el modelo para seguir en las décadas de los años cuarenta y de los cincuenta, pero no proveía a los países latinoamericanos el éxito económico de que gozaba los Estados Unidos. “Estas economías estaban deformadas por una exagerada concentración en las exportaciones y no podían desarrollarse autónomamente de acuerdo con sus propias necesidades”Como que todo esto favoreció a la economía Estaunidense porque instalaba empresas en Latinoamérica, donde se conseguía mano de obra barata y vendía a Europa que se estaba recomponiendo de la guerra. Pero no ayudaba a la pobreza de Latinoamérica.Los Estados Unidos dominó a Latinoamérica no sólo en el campo económico, sino también políticamente. Aunque ya no existían tantas dictaduras como en los años cincuenta, el cambio de las caras en las casas gobernantes no significó, necesariamente, cambios en cómo actuaban los líderes del estado.

Desde el punto de vista Literario la década del sesenta en la Latinoamérica es una intensa renovación narrativa que, desde el punto de vista editorial y de público, da origen al denominado boom de la literatura latinoamericana.
En la Argentina, este proceso tiene como centro de divulgación al Instituto Di Tella, (centro de experimentación estético y científico). y a la revista Primera Plana (1962) que, dirigida por Jacobo Timmerman, acerca la nueva literatura a sectores mayores de público. A lo largo, se produce un proceso de modernización de las prácticas y las estéticas literarias por la crisis y transformación de las poéticas realistas y la incorporación de técnicas narrativas diferentes, que implican rupturas de orden lineal de la historia, multiplicidad de puntos de vista en el relato, e incorporación de discursos provenientes del psicoanálisis, la sociología, la historieta y el periodismo. La aparición de Rayuela, de Julio Cortázar , en 1963, funciona como una verdadera "divisoria de aguas", dado que es un punto de viraje no sólo en el interior de su propia literatura sino centralmente en la historia de la narrativa argentina. Cortázar ya había publicado Bestiario (1951), Final del juego (1956), Las armas secretas (1959), etc., más ligados a la estética del grupo Sur. Rayuela, incorpora grandes modificaciones en la construcción poética y en la construcción del relato (la desconfianza sobre la función cognoscitiva del lenguaje, la explicitación del texto como artificio, la tensión entre lo fragmentario y la forma larga, la introducción del surrealismo y la patafísica como técnicas narrativas, el metadiscurso, la autorreferencialidad, la proliferación de citas, la intertextualidad exasperada) Estas técnicas narrativas alcanzan nuevas formulaciones en sus textos posteriores, en los cuales se combinan varios géneros discursivos (novela, cuento, ensayo): Todos los fuegos el fuego (1966), La vuelta al día en ochenta mundos (1967), Libro de Manuel (1973), Octaedro (1974), Alguien anda por ahí (1977), Deshoras (1983) entre otros.

En el boom del sesenta se inaugura dentro de la narrativa Argentina la compleja interrelación entre literatura y medios masivos de comunicación como el cine, el folletín, las intrigas policiales, los boleros y los tangos. Puig experimenta con procedimientos provenientes de la serie literaria y materiales de la cultura popular y los medios masivos, junto con un uso desviado de los géneros y el montaje de diversas matrices y géneros discursivos (psicoanálisis, política, informes judiciales, cartas, diarios íntimos). Asimismo, el trabaja con la decodificación de distintos registros lingüísticos a través de la parodia, la pluralidad y la confrontación de discursos, el enfrentamiento de ideologías, para desenmascarar con una mirada crítica los mecanismos de la pequeña burguesía pueblerina.

Muchos Autores del interior comenzaron a escribir sobre los mitos y las costumbres regionales. Di Benedetto y Tizón comparten una intensa preocupación formal y estilística, y una cuidadosa reflexión sobre el lenguaje, mientras que en la literatura de Moyano se retoman algunos procedimientos típicos del realismo mágico latinoamericano.

Los Europeos querían que los escritores Latinoamericanos escriban con vitalismo, espontaneidad, irracionalismo, estrecha vinculación con la naturaleza, dado que "su especificidad proviene, no del accidente geográfico de su nacimiento, sino de su trabajo de escritor". Pero los escritores latinoamericanos siguieron como por ejemplo a Juan José Saer con su primer libro, En la zona (1960), se comienza a perfilar uno de los rasgos centrales de su poética: el rechazo por toda forma de regionalismo, que encuentra su resolución en la construcción de un espacio ficcional —la zona— se convierte en espacio imaginario y paisaje estético. La zona es una célula narrativa básica que se expande en un sistema de personajes, el encuentro de amigos, una inflexión de la lengua.